La Universidad de Florida el mes anterior publicó un estudio en el que explica cuáles son lo factores que causan la mayoría de los ataques de caimanes en el estado. Aunque los encuentros agresivos con caimanes no son comunes, desde 1948 se han documentado cerca de 500 incidentes en total, según indican autoridades locales. Aproximadamente 30 de estos eventos resultaron en muertes.
Sin embargo, en abril, los científicos de la UF publicaron una declaración que detallaba la razón fundamental detrás de estas mordeduras de caimanes. Se descubrió que el comportamiento humano imprudente fue lo que ocasionó el 96% de los casos reportados.
De acuerdo con la investigación, la mayor parte de las mordeduras se produjo mientras las personas se bañaban o caminaban en zonas donde se conocía la presencia de caimanes. Los investigadores afirmaron que, por otra parte, el mero acto de caminar cerca de cuerpos de agua o estar en tierra llevó a una reducción notable en la cantidad de ataques.
El estudio reveló también que los caimanes no fueron los que instigaron los encuentros con humanos, sino más bien eran estos últimos quienes se bañaban en los cuerpos de agua chapoteando lo cual llamaba la atención de los reptiles que intentaban defenderse o cazar a sus presas, típico de su instinto animal.
Frank Mazzotti, profesor de la UF dijo que muchos de estos ataques pueden ser prevenibles por los humanos empleando todas las medidas de seguridad. «La conclusión de este estudio es que muchas mordeduras se pueden prevenir si los humanos son conscientes de su entorno y minimizan los comportamientos riesgosos, como pasear a las mascotas pequeñas cerca de cuerpos de agua o nadar donde se sabe que hay caimanes», destacó el experto.
Es crucial considerar estos aspectos en este momento, dado que la época de cortejo de los caimanes en Florida se alarga hasta junio, lo que aumenta los riesgos asociados a estas actividades.
Florida cuenta actualmente con una población de caimanes que supera el millón de ejemplares. Este aumento es resultado de medidas exitosas de conservación y regulación ambiental. Sin embargo, también implica que la interacción entre humanos y estos reptiles es cada vez más frecuente.
En muchos casos, los encuentros no pueden evitarse, especialmente en áreas donde el hábitat natural de los caimanes se superpone con zonas recreativas o residenciales. Por ello, la educación sobre el comportamiento de los caimanes y las precauciones necesarias es fundamental para reducir riesgos.
Basándose en los estudios y análisis de incidentes, los expertos sugieren una serie de recomendaciones para minimizar el riesgo de ataques:
- Evitar nadar en aguas donde habitan caimanes, especialmente al amanecer, atardecer y noche, momentos en que los caimanes son más activos.
- No acercarse ni alimentar a los caimanes ya que esto puede hacer que pierdan el miedo natural a los humanos y se vuelvan agresivos.
- Prestar atención a las señales de advertencia que existen en parques y áreas recreativas que indica la presencia de caimanes.
- Evitar actividades riesgosas en el agua como cruzar nadando lagos o ríos conocidos por tener caimanes.
- Supervisar a niños y mascotas cerca del agua puesto que son particularmente vulnerables a ataques debido a su tamaño y comportamiento.
La clave para reducir el número de ataques se encuentra en la educación y la conciencia pública. Muchas personas desconocen la verdadera naturaleza de los caimanes y subestiman el riesgo que implica interactuar con ellos en su hábitat natural. Enseñar a la población sobre los comportamientos seguros y la importancia de respetar la fauna puede marcar una diferencia significativa en la prevención de tragedias.