El influencer y presentador cubano Alexander Otaola ha vuelto a colocarse en el centro del debate político entre la diáspora cubana tras relanzar su propuesta de un “parón total” contra la dictadura cubana. Desde su programa «Hola! Ota-Ola», el influencer instó a suspender todo envío de remesas, recargas, paquetes, viajes y ayudas económicas desde el exterior hacia Cuba, con el argumento de que el régimen colapsaría “en menos de tres meses” sin ese flujo de divisas.
“Parar los viajes, parar la ayuda, parar los vuelos, parar las recargas, parar todo… La dictadura no puede sostenerlo tres meses con todo cerrado”, dijo el activista.
Llamado a la presión política desde EE.UU.
Otaola no solo propuso un boicot económico, sino que pidió a los cubanos radicados en Estados Unidos que se movilicen políticamente. En su mensaje, exhortó a contactar de forma masiva a congresistas y senadores como María Elvira Salazar, Mario Díaz-Balart y Marco Rubio, a quienes considera aliados naturales de la causa.
Según el activista, la cercanía de las elecciones legislativas en EE.UU. ofrece un momento estratégico para que el exilio haga valer su peso electoral y logre que Washington adopte una postura más firme frente al gobierno cubano.
Medidas concretas contra La Habana
Entre sus demandas, Otaola solicitó al gobierno estadounidense que:
- Declare al Partido Comunista de Cuba como “organización terrorista”.
- Designe al gobierno de la isla como “amenaza para la seguridad nacional” de EE.UU.
Estas acciones, asegura, abrirían la puerta a sanciones más duras y a un aislamiento internacional mayor para el régimen.
Un eco del “Parón de Enero” de 2020
La iniciativa revive el espíritu del llamado “Parón de Enero” de 2020, impulsado por el propio Otaola con el objetivo de cortar de raíz los ingresos externos hacia Cuba.
Reacciones encontradas en el exilio
Mientras algunos sectores del exilio respaldan la idea de un boicot como medida de presión efectiva, otros la rechazan por considerarla contraproducente y perjudicial para la población.
Organizaciones humanitarias advierten que un corte total de envíos afectaría principalmente a los más vulnerables, sin garantía de que el gobierno cubano ceda ante la presión aunque quienes apoyan la medida advierten que el régimen inevitablemente caería porque no tiene como sostenerse.