
El gobierno de Estados Unidos ha decidido endurecer la revisión de las solicitudes de ciudadanía de inmigrantes legales, introduciendo un escrutinio mucho más detallado sobre el requisito de “buen carácter moral”, un concepto que históricamente ha sido clave en los procesos de naturalización. La medida, anunciada por el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), busca que la ciudadanía sea otorgada únicamente a quienes representen, según sus palabras, “los mejores del mundo”.
Un cambio de criterio en la naturalización
Hasta ahora, demostrar buen carácter moral implicaba básicamente no haber cometido delitos graves durante el período de residencia requerido para optar a la naturalización. Sin embargo, con la nueva directriz, el análisis dejará de ser un procedimiento mecánico para convertirse en una evaluación integral de la vida del solicitante. Los funcionarios deberán valorar múltiples factores positivos, como:
- Participación en actividades comunitarias;
- Cumplimiento de responsabilidades familiares;
- Vínculos sólidos con familiares residentes en EE.UU.;
- Nivel educativo alcanzado;
- Historial laboral estable y legal;
- Tiempo de residencia continua en el país;
- Cumplimiento con el pago de impuestos.
En paralelo, la normativa abre la puerta a considerar conductas no delictivas como faltas de carácter moral. Por ejemplo, infracciones de tráfico recurrentes, comportamientos agresivos o irrespetuosos hacia autoridades, e incluso incumplimientos administrativos. Esto supone un giro que podría afectar a miles de inmigrantes que, sin antecedentes criminales, podrían ver obstaculizado su camino hacia la ciudadanía por incidentes considerados menores.
El documento también introduce parámetros que dejan fuera de manera automática a quienes solicitan, entre ellos, sanciones por drogas, fraude matrimonial, registro ilegal para votar entre otras. El documento también ordena a los funcionarios considerar incumplimientos graves, como la evasión reiterada de impuestos o el incumplimiento de las obligaciones de manutención, aspectos que pueden jugar en contra del solicitante.
La posibilidad de redención
La medida también contempla reconocer los esfuerzos de quienes, en el pasado, incurrieron en conductas negativas. USCIS indicó que se valorarán positivamente las acciones de rehabilitación, como cumplir con la libertad condicional, regularizar deudas tributarias o presentar cartas de apoyo comunitario que avalen la integración del solicitante en la sociedad estadounidense.
De este modo, el análisis pasará a ser un balance entre lo positivo y lo negativo, donde las circunstancias personales, familiares y sociales tendrán un peso significativo en la decisión final.
Reacciones encontradas
El anuncio ha generado opiniones divididas. Por un lado, el gobierno defiende que el endurecimiento permitirá proteger el prestigio de la ciudadanía estadounidense, evitando que sea otorgada a personas que no cumplen altos estándares de conducta.
Por otro lado, abogados de inmigración y expertos en políticas migratorias alertan que la medida amplía de forma excesiva la discrecionalidad de los funcionarios del USCIS, lo que podría dar lugar a rechazos arbitrarios y subjetivos. Doug Rand, exfuncionario de la agencia, advirtió que ahora incluso una multa de tránsito podría convertirse en un obstáculo para alcanzar la naturalización.
“Este memorando refuerza la discrecionalidad de USCIS para negar casos, aun cuando no existan delitos graves de por medio”, dijo un abogado especializado en la materia.
Cifras y contexto
Cada año, entre 600,000 y un millón de inmigrantes se convierten en ciudadanos estadounidenses. Para muchos, la naturalización es el último paso en un camino de integración que les otorga derechos plenos, como el voto, y una mayor protección frente a la deportación.
El endurecimiento de la evaluación de carácter moral se suma a un paquete de medidas más amplio de la administración Trump, que ha incluido:
- La reducción en la admisión de refugiados;
- La eliminación de programas de entrada legal y regular para migrantes;
- El aumento de controles de seguridad, como la revisión de redes sociales de los solicitantes;
- Y un mayor énfasis en procesos de deportación acelerada.
Estas políticas refuerzan la visión de un sistema migratorio más restrictivo, donde incluso los inmigrantes legales enfrentan obstáculos adicionales para consolidar su estatus en el país.
Impacto en las comunidades inmigrantes
Para organizaciones proinmigrantes, la medida envía un mensaje preocupante: la ciudadanía ya no depende solo de cumplir con la ley, sino también de estándares de conducta cada vez más estrictos y ambiguos. Esto podría provocar que personas que han trabajado, pagado impuestos y contribuido a sus comunidades durante años vean truncado su sueño americano por infracciones menores.
Además, advierten que la discrecionalidad en la interpretación del “buen carácter moral” puede dar lugar a inconsistencias en las decisiones entre distintas oficinas o funcionarios del USCIS, generando un clima de incertidumbre y desconfianza en el sistema migratorio.
Una ciudadanía más difícil de alcanzar
En definitiva, este endurecimiento representa un nuevo reto para cientos de miles de inmigrantes legales que aspiran a convertirse en ciudadanos estadounidenses. Aunque el gobierno lo presenta como una medida para preservar la integridad y prestigio de la ciudadanía, críticos sostienen que en la práctica podría convertirse en una herramienta de exclusión, que deje fuera a solicitantes por faltas menores y amplíe la brecha entre el discurso de integración y la realidad de las políticas migratorias.