
Un vuelo de Delta Air Lines que cubría la ruta entre Atlanta y Fort Lauderdale se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia este lunes 7 de julio en el Aeropuerto Internacional de Del Suroeste de Florida en Fort Myers, luego de que una batería portátil de litio perteneciente a un pasajero se incendiara en pleno vuelo, provocando momentos de tensión a bordo.
El incidente, según Gulf Coast News, ocurrió cuando el vuelo 1334, un Boeing 757-200 que transportaba a 185 pasajeros y 6 tripulantes despegó de Atlanta a las 7:00 am. Según reportes, el fuego se originó dentro de la mochila de un pasajero cuando su dispositivo portátil, presumiblemente un power bank, comenzó a emitir humo.
La tripulación actuó de inmediato, utilizando extintores para sofocar las llamas y siguiendo los protocolos de seguridad establecidos para este tipo de emergencias. Aunque lograron controlar el incendio, la presencia de humo en la cabina obligó a declarar emergencia y desviar la aeronave hacia el Aeropuerto Internacional del Suroeste de Florida, en Fort Myers (RSW), donde aterrizó de forma segura a las 8:48 am sin que se reportaran heridos entre los pasajeros ni la tripulación.
“Los auxiliares de vuelo trabajaron rápidamente para extinguir una probable batería personal en llamas perteneciente a un cliente, mientras los pilotos seguían los procedimientos para desviar el vuelo de forma segura”, manifestó un vocero de Delta Airlines.
La Administración Federal de Aviación (FAA) ha iniciado una investigación para determinar las causas y las circunstancias exactas del incidente. Autoridades han destacado que este tipo de episodios se ha convertido en una preocupación creciente: solo en lo que va de 2025, se han registrado 34 incidentes relacionados con baterías de litio en vuelos dentro de Estados Unidos, 11 de ellos ocasionados por dispositivos portátiles como cargadores externos. Entre 2015 y 2024, estos incidentes han aumentado un 388 %.
Ante el aumento de estos casos, aerolíneas como Southwest han impuesto regulaciones más estrictas, exigiendo que las baterías portátiles se mantengan a la vista de la tripulación, mientras que Singapore Air Lines ha prohibido su uso y carga durante el vuelo. Además, se han reforzado los entrenamientos de la tripulación y el uso de bolsas térmicas en vuelos comerciales diseñadas para contener incendios provocados por baterías de litio.
El incidente del vuelo 1334 vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de extremar precauciones con dispositivos electrónicos a bordo, en un contexto de creciente dependencia tecnológica entre los viajeros.
Delta Air Lines, una de las aerolíneas más importantes de Estados Unidos, ha enfrentado una serie de incidentes durante 2025 que han puesto a prueba sus protocolos de seguridad y la confianza de sus pasajeros. Aunque en ninguno de los casos se han registrado víctimas fatales, los episodios han generado inquietud por la frecuencia y la naturaleza de los problemas.
El pasado 2 de julio, un Boeing 737 de Delta perdió parte de un flap —una pieza del ala— mientras volaba entre Atlanta y Raleigh-Durham. La pieza cayó sobre el patio de una vivienda en Carolina del Norte. Aunque el avión aterrizó sin problemas, el hecho ha despertado interrogantes sobre el mantenimiento de la flota.
También el 7 de julio, un Airbus A330 que cubría la ruta Madrid–Nueva York sufrió un fallo en uno de sus motores mientras cruzaba el Atlántico. La tripulación decidió desviar la aeronave a la base aérea de Lajes, en las Azores, donde aterrizó sin incidentes ni heridos, pero los pasajeros tuvieron que esperar un día para continuar su viaje. El pasado 24 de febrero, un Boeing 717 que despegó de Atlanta igualmente regresó de emergencia tras detectarse humo en la cabina. Los pasajeros fueron evacuados mediante toboganes. Aunque no hubo heridos, la aerolínea recibió elogios por la rápida respuesta de la tripulación.