Autoridades arrestan a una mujer en aeropuerto de Miami después de que esta declarara en el chequeo que portaba una bomba

Foto: Video de Telemundo 51 Miami

Una mañana que parecía transcurrir con normalidad en el Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) se vio alterada este martes, luego de que una mujer quedó arrestada tras presuntamente declarar que portaba una bomba en el punto de chequeo 5 de la Terminal de Jet Blue.

El incidente generó una rápida respuesta de las autoridades. Oficiales de la Oficina del Sheriff de Miami-Dade (MDSO, por sus siglas en inglés) acudieron de inmediato al lugar para evaluar la amenaza. Tras las investigaciones preliminares, las autoridades confirmaron que se trató de una alarma falsa.


“Se determinó que no existía ningún dispositivo explosivo ni peligro real para los pasajeros o el personal del aeropuerto”, indicaron voceros del MDSO en un comunicado. Sin embargo, la falsa amenaza no provocó evacuaciones ni interrupciones mayores en las operaciones aéreas. Las actividades en las terminales continuaron con normalidad poco tiempo después del incidente.

Un testigo confesó fuera de cámara a Telemundo 51 que la detenida se encontraba de mal humor cuando empezó a gritar y lanzar objetos. La seguridad aeroportuaria exhorta a la ciudadanía a evitar cualquier comentario o acción que pueda interpretarse como una amenaza, dado que este tipo de situaciones son tratadas con la máxima seriedad y pueden derivar en arrestos y cargos criminales.

Este caso se suma a una serie de episodios similares ocurridos en el Aeropuerto Internacional de Miami en los últimos meses, lo que mantiene en alerta a las autoridades sobre posibles amenazas que, aunque resulten infundadas, generan preocupación entre viajeros y trabajadores.

En marzo del presente año una mujer dominicana de 55 años, identificada como Carmen Rosa Solís Leroux, fue detenida en marzo tras afirmar, en tono de broma, que llevaba una bomba en su equipaje, luego de negarse a consolidar sus tres maletas en fila. Equipos con perros rastrearon la zona y su bolso sin encontrar explosivos, pero enfrenta cargos por reporte falso de amenaza de bomba, tipificado como delito grave de segundo grado.

Un mes antes un hombre de nacionalidad mexicana, Javier Salazar (66 años), declaró frente al mostrador de Volaris que tenía una bomba en su equipaje. Luego de una inspección con perros rastreadores que descartó la presencia de explosivos, fue arrestado. Alegó que “solo estaba bromeando”. A finales de diciembre de 2024 un ciudadano canadiense, Cameron Dylan McDougall, atacó físicamente a dos agentes del TSA mientras pasaba por los controles de seguridad. La agresión, captada por cámaras de vigilancia, incluyó golpes al rostro de un agente. McDougall se declaró culpable en mayo y enfrenta hasta dos años de prisión


Hasta el momento, las autoridades no han revelado la identidad de la mujer detenida ni los cargos exactos que enfrenta, aunque se anticipa que será procesada por realizar amenazas falsas, un delito que conlleva serias consecuencias legales. Aunque a veces se producen en tono de broma o en medio de discusiones, las amenazas sobre la existencia de explosivos son tomadas con extrema seriedad por las autoridades estadounidenses. Tanto así, que pueden derivar en cargos criminales federales y estatales, además de fuertes repercusiones económicas y personales.

Bajo la legislación federal de Estados Unidos, emitir una amenaza falsa relacionada con explosivos puede acarrear hasta cinco años de prisión, según el Título 18 del Código de Estados Unidos (18 U.S.C. § 1038). Si la amenaza provoca evacuaciones, cierres de instalaciones o interrupciones en operaciones aeroportuarias, la condena puede alcanzar hasta 20 años. En el ámbito estatal, como en Florida, este delito se considera un “felony” (delito grave), con posibles penas de prisión y multas sustanciales.

Quienes emiten estas amenazas falsas pueden ser obligados a cubrir los cuantiosos gastos ocasionados. Entre ellos se incluyen:

  • Despliegue de unidades de emergencia y seguridad.
  • Pérdidas económicas por retrasos o cancelaciones de vuelos.
  • Gastos operativos derivados de evacuaciones o cierres de terminales.

En algunos casos, las indemnizaciones pueden ascender a cientos de miles de dólares.


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