
Un camionero cubano identificado como Vladimir Núñez Arzola, de 53 años, fue arrestado y enfrenta serios cargos criminales luego de protagonizar una violenta agresión contra otro conductor provocándole lesiones físicas como una conmoción cerebral durante una discusión en un almacén de cemento en el sur de Florida.
El incidente tuvo lugar el pasado 15 de mayo alrededor de las 12:30 p.m. en las instalaciones de la empresa UStone Cement Products, ubicadas en la ciudad de el 9870 NW 117th Way, Medley. Según las autoridades, el conflicto comenzó por una disputa trivial sobre la manera en que uno de los camiones estaba estacionado, lo que habría bloqueado el ingreso del otro vehículo de carga.
Lo que inició como una discusión verbal escaló rápidamente a una confrontación física. Testigos afirman que Núñez Arzola descendió de su camión portando una navaja plegable —que en ese momento estaba cerrada— y tras proferir amenazas como «te la voy a meter», golpeó en el rostro a su compañero con el objeto metálico que quedó grabado en las cámaras de seguridad. El impacto fue tan severo que provocó una herida abierta en la cabeza de la víctima.
“El resultado del puñetazo fue que la víctima cayó hacia atrás, incapaz de detener su caída, golpeándose la parte posterior de la cabeza contra el suelo, rebotando y golpeando el suelo nuevamente”, detalla el informe de arresto.
La persona agredida requirió atención médica urgente, incluyendo grapas para cerrar la herida en la cabeza. Además, fue diagnosticada con una conmoción cerebral y otras lesiones que, según reportes, han afectado seriamente su capacidad para desempeñarse laboralmente desde el ataque.
Días después del altercado, Núñez Arzola se entregó voluntariamente a la Policía de Medley y fue arrestado. Ahora enfrenta cargos por agresión agravada con un arma provocadora de lesiones corporales y asalto agravado con arma, ambos clasificados como delitos graves bajo las leyes del estado de Florida.
Hasta el momento, las autoridades no han revelado la identidad de la víctima, probablemente para proteger su privacidad. Tampoco se ha informado si el agresor contaba con antecedentes penales previos.
El caso pone de relieve los riesgos latentes en entornos laborales de alta presión como el transporte de carga, y reaviva el debate sobre la necesidad de protocolos de resolución de conflictos en estos espacios para evitar tragedias similares.