En un giro decisivo en la política internacional y en la lucha por la libertad de Venezuela, el presidente Donald Trump después de escuchar a los congresistas cubanoamericanos, entre ellos el secretario de Estado marco Rubio canceló el acuerdo que habría extendido la licencia de Chevron para importar petróleo desde Venezuela.
Esta medida, anunciada con gran contundencia representa un golpe directo al régimen de Nicolás Maduro y una señal clara de la postura firme de Estados Unidos contra las dictaduras. La licencia actual vence el 27 de mayo del presente mes y no habrá extensión, cerrando así una vía de oxígeno económico a los chavistas.
En una publicación que realizó el periodista Mario J. Pentón en su perfil de Facebook informó que la decisión en parte estuvo alimentada por las fuertes y valientes presiones de María Elvira Salazar, Mario Díaz-Balart y Carlos Giménez y el propio Marco Rubio quienes durante décadas han expresado el peligro que suponen los regímenes socialistas de la región como el de Cuba. Venezuela y Nicaragua.
«Los cuatro se opusieron tajantemente a cualquier política que fortaleciera a la dictadura chavista, exigiendo a Trump que cumpliera su promesa de cortar todo flujo económico al régimen respaldado por los servicios de inteligencia cubanos» refiere Pentón en su texto.
Añade el reportero que en el caso de Marco Rubio advirtió al presidente que si extendía el acuerdo con Venezuela cometería un error político y moral, mientras que Giménez decidió llamar directamente al presidente para aconsejarle. En el caso de Mario y Salazar expusieron que retirarían su respaldo al proyecto legislativo si Chevron continuaba en el país centroamericano.
Chevron es la única petrolera estadounidense en territorio venezolano que aún operaba bajo una licencia especial otorgada por la administración de Joe Biden. La misma permitió a la empresa continuar actividades en el país, pero según Rubio y otros actores políticos esos recursos terminaron financiando la dictadura venezolana en vez de beneficiar al pueblo.
«Maduro se tiene que ir y por eso le pedimos que no extendiera las licencias de Chevron, porque no podemos permitir que una compañía americana le esté dando 500 millones de dólares al mes a estos atrapas para que le caigan arriba a la gente», dijo María Elvira.
El cierre de la licencia de Chevron representa un duro golpe para Maduro y sus compinches que dependen en gran medida de los ingresos petroleros para sostener su aparato de poder. la medida limita una fuente clave de financiamiento y aumenta la presión económica sobre el dictador y sus aliados.
Por otro lado, esta acción también da un impulso significativo a la oposición democrática venezolana y a todos aquellos que luchan por la libertad y la restauración de la democracia en el país. La comunidad internacional y los sectores democráticos ven en esta decisión una señal clara de que la lucha continúa y que el respaldo hacia la causa venezolana es cada vez más fuerte.