
La experiencia de una cubana residente en Estados Unidos tras regresar de un viaje a la isla ha generado un intenso debate en la comunidad migrante. La mujer, identificada como Heidy Díaz Sosa, relató en redes sociales que al arribar al Aeropuerto Internacional de Miami la sometieron a una exhaustiva revisión por parte de las autoridades de inmigración, quienes le advirtieron que podría ser la última vez que visitaba Cuba.
Su caso pone en evidencia las tensiones legales y emocionales que enfrentan miles de cubanos que, tras obtener la residencia en EE.UU. bajo la Ley de Ajuste Cubano, deciden regresar temporalmente a su país de origen.
Una revisión que encendió las alarmas
Díaz Sosa explicó que su regreso a Miami, luego de permanecer tres días en Cuba, se convirtió en un episodio traumático. Según la mujer, obtuvo su residencia CU6 tras aplicar a la Ley de Ajuste Cubano, pero eso no impidió que un oficial de inmigración le pidiera entregar su celular y las claves de acceso, para revisar a detalle sus fotografías, conversaciones familiares y hasta movimientos bancarios.
“Me pusieron en el sistema a mi esposo y a mí que a Cuba no puedo entrar más… me dijeron: primera y última vez”, relató entre lágrimas en un video compartido en TikTok, donde quiso advertir a otros migrantes sobre lo que podría ocurrirles en circunstancias similares.
La creadora de contenido reveló que este viaje marcaba su regreso a Cuba tras tres años de ausencia. La visita, explicó, estuvo motivada por el deseo de reencontrarse con su madre y por la urgencia de que su esposo pudiera ver a su padre enfermo. En medio de la experiencia, también lanzó un mensaje dirigido a la comunidad cubana residente en Estados Unidos.
“Mi consejo es que si van a ir a Cuba que esperen, no los estoy asustando, pero me pasó a mí… a lo mejor ustedes viajan y no pasa nada. A mí me pasó ayer y la pasé mal, que yo pensé que me iban a virar para atrás”, advirtió a sus seguidores.
El testimonio, que rápidamente se viralizó, refleja una realidad poco conocida para muchos cubanos recién llegados: cada entrada al país puede convertirse en un examen de credibilidad frente a las autoridades migratorias.
El debate en la comunidad cubana
Las reacciones a su relato no se hicieron esperar. Algunos usuarios mostraron solidaridad y aseguraron haber pasado por situaciones idénticas. “El cuartico es como el DTI en Cuba, sales traumatizado”. “A mí me revisaron el teléfono de cabo a rabo, me sentí humillado”, comentó un seguidor. Otros, en cambio, minimizaron la gravedad del asunto, señalando que viajar a Cuba no significa automáticamente la pérdida de la residencia.
No obstante, una parte importante del debate giró en torno a la naturaleza del estatus CU6, otorgado bajo la Ley de Ajuste Cubano. Para muchos, este beneficio migratorio funciona como una especie de asilo político de facto, lo que implica que regresar al país del que se dijo huir puede interpretarse como una contradicción o incluso como un posible fraude. “La Ley de Ajuste Cubano es política, cuando van a entender eso”, dijo un usuario mientras otro señaló “La residencia CU6 es para asilados, es lo mismo que si hubieras aplicado para asilo”.
Otros usuarios fueron más tajantes y defendieron la postura de los oficiales de inmigración: “Si dijiste que escapaste de persecución y ahora vuelves como turista, algo no cuadra. Es normal que te investiguen”. “No vayas a Cuba, punto. Para de apoyar el régimen comunista con tus dólares”, mencionaron otros.
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La mirada legal: ¿qué está en juego?
Expertos en inmigración han advertido que, aunque la residencia otorgada bajo el CU6 no prohíbe explícitamente viajar a Cuba, sí conlleva riesgos legales. Una abogada consultada por medios independientes explicó que cada vez que un residente permanente regresa a Estados Unidos, técnicamente solicita admisión de nuevo al país.
En ese proceso, el oficial tiene autoridad para evaluar si la persona ha cumplido con las condiciones bajo las cuales obtuvo su estatus. En el caso de quienes lo lograron alegando persecución política, los viajes frecuentes a Cuba pueden levantar sospechas y abrir investigaciones.
Un viaje aislado difícilmente provoque la pérdida de la residencia, pero la reiteración de visitas a la isla sí puede interpretarse como una inconsistencia grave que, en algunos casos, ha derivado en procesos judiciales e incluso en deportaciones.
El trasfondo personal de Heidy Díaz
Más allá del episodio en el aeropuerto, la vida de Heidy en Estados Unidos también ha estado marcada por dificultades. En enero relató haber sido despedida de un restaurante en Houston; en marzo denunció la presión constante de familiares en Cuba para enviar remesas; y en mayo contó que se gana la vida como housekeeper y realizando trabajos de limpieza en casas particulares.
Sus testimonios la han convertido en una voz seguida por muchos migrantes cubanos que ven en ella un reflejo de sus propias luchas y desafíos. Ahora, con esta nueva experiencia, se ha convertido también en un símbolo de alerta sobre los riesgos de viajar a Cuba con un estatus migratorio que puede ser objeto de revisión.
Una encrucijada para miles de cubanos
El caso de Heidy no es aislado. En los últimos meses, numerosos cubanos residentes en EE.UU. han compartido en redes sociales experiencias similares al regresar de la isla. Mientras algunos defienden su derecho a visitar a sus seres queridos, otros advierten que esos viajes podrían poner en riesgo años de sacrificio y el futuro legal en el país que los acogió.
En días recientes, una pareja fue objeto de interrogatorio en el Aeropuerto de Miami tras volver de Cuba, un hecho que refleja el creciente control sobre quienes alegaron persecución política para obtener estatus legal y luego deciden retornar a su país de origen.
Días más tarde, una abogada de inmigración recordó que cada vez que un residente sale del país, al regresar debe “solicitar nuevamente admisión”. Esto, señaló, puede dar lugar a revisiones más estrictas. La letrada advirtió que viajes frecuentes a la isla podrían ser interpretados por los oficiales como un indicio de fraude y aconsejó a los cubanos con residencia mantener prudencia.
El dilema es profundo: entre la necesidad afectiva de mantener el vínculo con Cuba y la incertidumbre jurídica que puede desatar cada entrada al territorio estadounidense.
No es la primera ocasión en que @heidydiazsosa utiliza sus redes sociales para narrar sus experiencias en Estados Unidos. En enero denunció, visiblemente afectada, que había sido despedida de un restaurante en Houston; en marzo expuso la presión económica que recibía de familiares en Cuba pese a sus propios sacrificios; y en mayo compartió con orgullo que se desempeñaba como housekeeping en un asilo de ancianos.