
César, un cubano residente en Estados Unidos, ha protagonizado un hecho sin precedentes en el ámbito médico mundial al convertirse en el primer paciente en recibir un trasplante simultáneo de corazón e hígado sin necesidad de transfusiones de sangre externa. La intervención quirúrgica, calificada como un milagro por médicos y familiares, se realizó el pasado 31 de mayo en el Hospital General de Tampa.
La compleja operación estuvo a cargo de un equipo multidisciplinario de más de 100 especialistas, quienes utilizaron tecnología avanzada para recolectar, purificar y reinyectar la sangre del propio paciente durante el procedimiento. Esta innovadora técnica permitió evitar transfusiones externas, reduciendo riesgos de rechazo y complicaciones asociadas.
“Toqué muchas puertas, siempre me dijeron un no. Claro, entiendo que eso es un asunto directamente, no del hospital, sino de los cirujanos que se prestan y se arriesgan”, dijo el cubano.
César enfrentaba un diagnóstico crítico: fallo cardíaco severo, inicialmente el único motivo para un trasplante. Sin embargo, estudios posteriores revelaron también insuficiencia hepática, lo que transformó el caso en un desafío médico aún mayor. Antes de llegar a Tampa, fue rechazado en varios hospitales debido a la complejidad de su condición.
“Yo estaba muy triste y lloraba toda la noche. Junto con el llanto, oraba. Cuando me dijeron trasplante de hígado, yo decía: voy a perder a mi esposo”, confesó su esposa, visiblemente emocionada en declaraciones recogidas por medios locales.
Contra todo pronóstico, César mostró una recuperación sorprendentemente rápida: al tercer día tras la cirugía ya caminaba, y actualmente disfruta de una vida plena junto a su familia, incluyendo sus nietos.
Este avance quirúrgico ha sido descrito por el equipo médico como un hito en la medicina moderna, pues abre la puerta a realizar cirugías de alta complejidad en pacientes con restricciones religiosas, condiciones inmunológicas delicadas o riesgos asociados a las transfusiones.
En contraste, el artículo señala la realidad en Cuba, donde la situación de los trasplantes sigue siendo crítica debido a la falta de insumos médicos y recursos, lo que mantiene a numerosos pacientes —especialmente niños— en largas listas de espera sin fecha definida para sus intervenciones.
La historia de César no solo representa un logro médico, sino también un símbolo de esperanza para miles de pacientes en el mundo que requieren procedimientos complejos y temen las limitaciones que implica la necesidad de sangre externa.
Recientemente un hombre de 80 años fue sometido en Santiago de Cuba a una valvuloplastia aórtica con balón, un procedimiento mínimamente invasivo realizado por primera vez en el oriente del país. El paciente padecía estenosis aórtica severa, insuficiencia mitral y cardiopatía isquémica, pero su familia rechazó la cirugía a corazón abierto por el alto riesgo.
La operación se llevó a cabo en el Cardiocentro del Hospital Provincial “Saturnino Lora Torres” por un equipo multidisciplinario. Tras la intervención, el paciente mostró mejoría notable, respirando y hablando con normalidad. Este logro médico ocurre pese a la escasez de insumos que afecta al sistema de salud cubano, y representa un avance significativo en cirugía cardiovascular en la región.
Otro caso trascendental fue el de Natalia Cabrera Rodríguez, una adolescente de 17 años de Caibarién, Villa Clara, ha logrado superar un complejo cuadro de salud tras ser sometida a una delicada cirugía para extirparle un quiste coloide en el tercer ventrículo cerebral, responsable de causarle intensos dolores de cabeza, vómitos y visión borrosa.
La intervención se realizó el 21 de junio en el hospital pediátrico “José Luis Miranda” de Santa Clara y estuvo a cargo de un equipo multidisciplinario liderado por el profesor Enrique de Jongh Cobo, de La Habana, con la colaboración de especialistas de Cienfuegos y Villa Clara. La cirugía, que duró más de cuatro horas, se llevó a cabo mediante neurocirugía endoscópica mínimamente invasiva, técnica que permitió acceder al cerebro con mínima agresión al tejido.