EEUU revela mínimos históricos en cruces irregulares y marca un récord a la baja para la migración cubana

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) reportó que el pasado mes de julio se alcanzó un mínimo histórico en los cruces irregulares por la frontera suroeste, con apenas 4.601 encuentros, lo que representa una caída del 92 % en comparación con el mismo periodo de 2024.

El dato, calificado como “sin precedentes” por las autoridades, confirma una tendencia sostenida a la baja que comenzó a inicios de este año y que se extiende a todas las fronteras del país. “La historia se ha vuelto a hacer. Los números no mienten, estamos viendo el más seguro que ha sido nunca el control fronterizo”, dijo la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos Kristi Noem.


Rodney Scott, comisionado de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), destacó que la drástica reducción de los cruces ilegales, sumada a la recaudación de miles de millones de dólares en aranceles, constituye —a su juicio— una señal clara de que el sistema migratorio avanza hacia un escenario más ordenado y seguro.

Cifras históricas para la migración cubana

En la frontera suroeste, las autoridades registraron 4.601 encuentros, una cifra que supone una caída del 92% respecto al mismo mes del año anterior. El caso de los migrantes cubanos resulta particularmente significativo. En un solo día de julio se detectaron 116 connacionales, la cifra diaria más baja desde que existen registros.

En lo que va del año fiscal 2025 —de octubre de 2024 a julio—, se han contabilizado 32.677 encuentros con ciudadanos cubanos en la frontera suroeste, con un promedio mensual de 3.268 personas. Estas cifras contrastan con los picos de finales del año pasado, cuando se registraron 8.348 encuentros en noviembre y 8.974 en diciembre.

De la presión migratoria al desplome

El descenso comenzó en febrero, primer mes completo de la actual administración presidencial, cuando los cruces empezaron a caer de manera acelerada.

Entre las razones que explican la tendencia, analistas mencionan:


  • Mayor presencia de agentes fronterizos y tecnología de vigilancia.
  • Acuerdos con México y otros países para frenar los flujos antes de llegar a la frontera.
  • Incremento de vuelos de deportación, incluidos los dirigidos a Cuba.
  • Endurecimiento de los criterios para solicitar asilo.

Una tendencia nacional

El comportamiento en la frontera suroeste se replica a nivel nacional. Sumando todos los puntos de ingreso por tierra, mar y aire, julio cerró con 24.628 encuentros, la cifra más baja registrada en décadas. Un mes antes, en junio, ya se había marcado otro récord con 25.228 encuentros.

Un factor determinante en la drástica caída de los encuentros ha sido la implementación de una política de “cero liberaciones” para los migrantes detenidos. Según datos de la CBP, en julio de 2024, bajo la administración de Joe Biden, se autorizó la liberación de 12.365 personas, mientras que en el mismo mes de este año, ya con Donald Trump en la Casa Blanca, la cifra fue de cero. Este viraje radical en el manejo de la detención y liberación no solo marca un contraste con la gestión anterior, sino que también ha tenido un efecto directo y visible en el flujo migratorio hacia la frontera.

Impacto y debate

Para el gobierno estadounidense, las cifras son una prueba del éxito de su política migratoria. Sin embargo, organizaciones defensoras de derechos humanos advierten que el endurecimiento de las medidas podría estar limitando el acceso a la protección internacional y afectando a solicitantes de asilo que huyen de la persecución.

En el caso cubano, la disminución de llegadas por vía terrestre también está vinculada a un aumento de intercepciones marítimas por parte de la Guardia Costera y a la intensificación de las deportaciones, que en las últimas semanas han devuelto a cientos de personas a la isla.

Perspectivas

Aunque las cifras actuales marcan un récord a la baja, expertos advierten que los flujos migratorios son sensibles a factores políticos, económicos y climáticos en los países emisores. Un cambio en cualquiera de esas variables podría revertir la tendencia. Por ahora, el escenario se mantiene en mínimos históricos, con una frontera más vigilada y menos permeable, especialmente para los migrantes cubanos.


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