Hace pocas horas la cubana Heidy Sánchez Tejeda que fue deportada a Cuba en el mes de abril por tener una orden de deportación informó en sus redes sociales que las autoridades de Estados Unidos habían aprobado la reunificación familiar, lo cual ha devuelto la esperanza y una vía para que pueda reunirse con su esposo que es ciudadano americano y su bebé de 18 meses de nacida a quien lactaba antes de regresar a Cuba.
Su pareja Carlos Yuniel Valle ha sido una pieza clave para que este proceso siga su curso de forma rápida con el asesoramiento de la abogada Claudia Cañizares y algunos líderes de la comunidad cubana y congresistas cubanoamericanos como Kathy Castor que ha apoyado en la agilización de trámites de reunificación que lleva dos años en proceso tras contraer matrimonio estas personas.
En el día de hoy el cubanoamericano recibió la noticia de que su representante legal había sido habilitada para continuar con el proceso lo cual coincide con la entrevista que hizo CiberCuba respecto a la situación de su esposa. En la entrevista Valle hizo un periplo del proceso regularización migratoria de Heidy desde que llegó a Estados Unidos hasta la deportación el pasado 23 de abril.
«La gente piensa que ella (Heidy Sánchez) va a estar aquí mañana y no es así. Este es el primer paso, pero a partir de ahora, empieza la batalla», aclaró el padre de familia como resultado de diversas opiniones que le han hecho llegar sobre una solución expedita del caso de Heidy. Valle señaló que su esposa arribó a EE.UU a través de la frontera de México y lamentablemente estuvo detenida 9 meses hasta que le dieron la libertad con un formulario I-220B conocido como orden de deportación.
Agrega que el pasado 20 de abril asistió a una cita de rutina con Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), en Tampa y fue cuando la separaron de su hija para deportarla a la isla teniendo en cuenta la aceptación de las autoridades cubanas lo que derivó su traslada a Cuba.
No importó en absoluto que ella se pusiera a llorar y tratara de clarificar que desde hace dos años está unida en matrimonio con un cubano que es ciudadano estadounidense. Su trámite de reagrupación familiar había estado estancado por ese mismo tiempo, ya que, al parecer, se entrelazó con el proceso de residencia que había comenzado. Tener dos vías legales activas, avanzando a ritmos distintos, provocó un retraso en el otro procedimiento. Asimismo, rogó que no la distanciaran de su pequeña de un año y medio a quien todavía era amamantada.
Carlos Yuniel Valle se encontró con Heidy Sánchez durante su tiempo en un restaurante, donde ella se encargaba de lavar la vajilla. Después de un año de salir juntos, decidieron casarse. Posteriormente, Heidy comenzó a laborar como limpiadora de habitaciones en hoteles en el centro de Tampa y, tras un tiempo, logró obtener un título en enfermería que le ha facilitado el trabajo en el cuidado de ancianos.
En esa labor se encontraba cuando fue enviada de regreso a Cuba. La compañía con la que colaboraba se enteró de la situación por medio de las noticias, dado que el asunto ha tenido una gran cobertura mediática, y se comunicó con su esposo para realizar el pago del cheque que debía. Cuando lo ingresaron en las tarjetas de Heidy Sánchez y su marido fue a revisar, resulta que tras su deportación el banco las había cancelado y el dinero se perdió. «Ella entró con el pie izquierdo a este país», manifestó su marido.
La existencia de Heidy Sánchez ha estado llena de desafíos. Experimentó dificultades para concebir, y dado su profundo deseo de ser madre, decidió realizar un tratamiento de fertilización in vitro, lo que le brindó la oportunidad de tener una hija. Sin embargo, su meta no la alcanzó instantáneamente, sino que tuvo que esperar mucho tiempo para lograr tener a su bebé. Lo que muchas personas consiguen sin tanto esfuerzo, ella tuvo que ganárselo con sacrificio y determinación, pero después de un año y medio se vio obligada a distanciarse de su bebé.
Al llegar a la isla, se trasladó a Marianao para residir con su madre. Sin embargo, el fallecimiento de su padrastro obligó a la familia a reubicarse en un reducido cuarto. Este cambio, combinado con la melancolía de estar lejos de su hija y su pareja, sumió aún más a esta madre cubana, quien contacta a su pequeña cinco veces al día, a pesar de los cortes de luz y las interrupciones en la comunicación.
Las gestiones de Valle fueron sustanciales para que ella pudiera trasladarse hacia Artemisa donde espera ansiosamente porque su caso de reunificación familiar termine de la mejor manera. No obstante, el camino no parece ser muy sencillo puesto que ella necesita que las autoridades estadounidenses le otorguen tres perdones, entre ellos el del proceso de deportación que prohíbe al inmigrante ingresar a EE.UU antes de los cinco años.
Por lo pronto Yuniel se mantiene optimista de que, gracias al respaldo de Kathy, quien ha estado al tanto de la situación logre traer de vuelta a su esposa a EE.UU y recuperar la unión familiar que solían tener.