
El gobierno de Estados Unidos ha desatado una intensa controversia al difundir una nueva campaña audiovisual dirigida a inmigrantes indocumentados, bajo el lema: “La oscuridad ya no es tu aliada”. El video, promovido por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), presenta escenas sombrías con agentes fuertemente armados que ingresan a instalaciones industriales, bodegas y espacios cerrados para capturar personas que se presume se encuentran en el país sin autorización legal.
Acompañado de una banda sonora tensa y efectos visuales de alto impacto, el material simula un operativo militar, con agentes del Grupo de Operaciones Especiales de la Patrulla Fronteriza (Border Patrol Special Operations Group) desplegados como si se tratara de una misión de alto riesgo. El video ha sido publicado en plataformas oficiales del DHS y compartido ampliamente en redes sociales, donde ha sido objeto tanto de apoyo como de indignación.
Una narrativa de persecución que enciende alarmas
Distintas organizaciones civiles han denunciado la campaña por su carácter intimidatorio, deshumanizante y propagandístico, señalando que presenta a los inmigrantes como amenazas que deben ser rastreadas y neutralizadas. La elección del mensaje —»La oscuridad ya no es tu aliada»— apunta directamente a una estrategia de vigilancia y captura, como si se tratara de una operación bélica dentro del territorio nacional.
“El lenguaje que utiliza el gobierno es alarmante. No se trata de aplicar la ley con respeto, sino de propagar miedo. Es una forma de declarar la guerra a comunidades enteras”, expresó la activista Carmen Méndez, vocera de la organización Humanidad sin Fronteras.
Críticas por la militarización de la política migratoria
Expertos en políticas públicas y comunicación advierten que esta campaña representa una escalada en la militarización del discurso migratorio. El uso de imágenes de redadas nocturnas, armas largas, comandos tácticos y estética de thriller no solo busca infundir temor en los inmigrantes, sino también enviar un mensaje electoral a sectores conservadores.
“El objetivo de esta campaña no es solo disuasivo, sino político. Está diseñada para consolidar una imagen de dureza que podría movilizar votos, especialmente en estados donde el tema migratorio es altamente polarizante”, comentó el analista político Daniel Ferrer, del Migration Policy Institute.
Impacto psicológico y social en comunidades migrantes
Organizaciones de salud mental y defensa de los derechos civiles también han advertido sobre el efecto traumático que puede tener esta campaña en niños, adolescentes y adultos que forman parte de familias migrantes. La difusión de mensajes que evocan persecución, cacería y oscuridad puede generar ansiedad, estrés crónico y retraimiento social.
“Muchos migrantes ya viven con miedo constante. Esta campaña oficial refuerza ese temor y lo transforma en pánico, debilitando aún más su vínculo con instituciones públicas como escuelas, hospitales o departamentos de policía”, declaró la psicóloga comunitaria Ana Luján, quien trabaja con familias migrantes en Texas.
Un reflejo de la política migratoria en año preelectoral
La iniciativa surge en un contexto de creciente endurecimiento de las medidas migratorias, a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2026. El actual gobierno ha retomado políticas de detención masiva, aceleración de deportaciones y mayor control fronterizo, y ahora añade una campaña mediática de estilo bélico que ha sido interpretada como una muestra de fuerza de cara a su base electoral.
“Este tipo de videos son herramientas políticas, no medidas de seguridad. Se está usando la figura del inmigrante como chivo expiatorio en tiempos electorales”, opinó la profesora Lidia González, especialista en derechos humanos y políticas de frontera.
Reacciones divididas en la opinión pública
Mientras activistas y defensores de derechos humanos denuncian la campaña como peligrosa, algunos sectores conservadores la han recibido con entusiasmo, alegando que el gobierno finalmente está actuando con firmeza contra lo que consideran una crisis migratoria. No obstante, la división es profunda: para unos, se trata de restaurar el orden; para otros, es una forma institucionalizada de terror psicológico contra los más vulnerables.
La campaña “La oscuridad ya no es tu aliada” marca un punto de inflexión en la política migratoria de Estados Unidos. Su tono agresivo, estética militar y mensaje intimidante han encendido las alarmas de organizaciones dentro y fuera del país. En un momento de alta sensibilidad social, la pregunta central es: ¿estamos ante una estrategia de seguridad legítima o frente a una peligrosa normalización del miedo como política de Estado?
Las próximas semanas serán clave para evaluar el impacto real de esta campaña y su lugar en el complejo debate sobre la inmigración en Estados Unidos.
En lo que va de 2025, Estados Unidos ha intensificado significativamente su política de arrestos migratorios, con un número creciente de detenciones en operativos encabezados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Según cifras oficiales, más de 95,000 personas han sido arrestadas entre enero y mayo, y la tendencia continúa al alza con un promedio diario que ronda los 1,000 arrestos, aunque el objetivo interno sería triplicar esa cifra.
Uno de los datos más alarmantes es el elevado número de personas sin antecedentes penales detenidas por las autoridades. A principios de junio, el 43.7 % de los más de 51,000 inmigrantes bajo custodia de ICE no tenía condenas criminales previas. En algunas regiones, como Washington D.C., Virginia y California, esa proporción supera el 50 %, revelando un cambio en el perfil de los arrestados.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), por su parte, ha reportado un descenso drástico en las aprehensiones en la frontera suroeste. En febrero de 2025, se contabilizaron 8,347 detenciones, una reducción del 71 % respecto a enero y del 94 % en comparación con el mismo mes del año anterior.