
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) reveló públicamente la identidad de tres ciudadanos cubanos que fueron deportados en fechas recientes tras cumplir condenas por delitos considerados graves, en el marco de su política de “tolerancia cero” contra extranjeros con antecedentes penales que representan una amenaza para la seguridad pública.
La agencia, a través de su división de Operaciones de Detención y Deportación (ERO), informó que los hombres expulsados del país tenían extensos historiales criminales que incluyen delitos sexuales, violencia y tráfico humano. Según ICE, la publicación de sus nombres y fotografías forma parte de los esfuerzos de transparencia y de advertencia a las comunidades sobre individuos que representan un riesgo para la sociedad.
Tres casos graves
Uno de los deportados, Rafael Ojeda Acosta, fue arrestado y procesado en Nueva Orleans. Su historial criminal incluye múltiples delitos violentos como violación con uso de arma, agresión sexual (sodomía), fuga de custodia, robo con fuerza, invasión de propiedad privada y hurto. De acuerdo con ICE, sus antecedentes lo calificaban como un individuo altamente peligroso.
Por su parte, Osmani Mompié, también deportado desde Nueva Orleans, fue condenado por conspiración para transportar ilegalmente inmigrantes, poniendo en riesgo sus vidas. La agencia lo describió como un traficante humano, un delito que ICE persigue de manera prioritaria por las implicaciones de seguridad y derechos humanos que conlleva.
El tercer caso corresponde a Vladimir Blanco Menéndez, quien residía en el condado de Palm Beach, Florida. Blanco Menéndez fue condenado por abuso sexual contra un menor, uno de los delitos más severamente sancionados en Estados Unidos. Tras su detención en Miami, fue deportado a Cuba.
Política de “tolerancia cero”
ICE explicó que estos casos se enmarcan en su estrategia de remover de territorio estadounidense a extranjeros que representan amenazas a la seguridad pública o que han cometido delitos de gravedad. La agencia destacó que la coordinación entre sus oficinas regionales ha permitido identificar, detener y deportar a individuos con extensos historiales delictivos, asegurando que no permanezcan en el país una vez cumplidas sus condenas.
“La seguridad de nuestras comunidades es la máxima prioridad. Continuaremos utilizando todas las herramientas legales disponibles para remover a criminales extranjeros de nuestro territorio”, afirmó un vocero de ICE en el comunicado oficial.
Las deportaciones de individuos con antecedentes penales son un tema que genera debate constante en Estados Unidos, especialmente en el contexto migratorio cubano, donde miles de inmigrantes aguardan definiciones legales sobre su estatus migratorio. ICE, sin embargo, mantiene firme su postura de priorizar las expulsiones de aquellos que, tras ingresar o residir en el país, han violado leyes graves o cometido actos violentos.
La publicación de estos casos forma parte de una política de transparencia que ICE ha reforzado en los últimos años, no solo para rendir cuentas ante la opinión pública, sino también para advertir sobre las consecuencias legales que enfrentan los inmigrantes que incurren en delitos.