
Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) arrestaron en Nueva Orleans a Osmani Mompie, un ciudadano cubano condenado previamente por conspirar para transportar migrantes indocumentados, en un caso que ha reavivado el debate sobre la presencia de extranjeros con antecedentes penales en Estados Unidos.
Según informaron las autoridades, Mompie formaba parte de una red dedicada al tráfico de personas, una actividad que, en palabras del ICE, “pone en riesgo la vida de los migrantes” que buscan ingresar o permanecer en territorio estadounidense de manera irregular.
La detención de Mompie fue acompañada de un mensaje contundente por parte de ICE en su cuenta de X. En un tono desafiante, la agencia publicó: “Vino aquí a traficar personas. Ahora es él quien está siendo escoltado.” El mensaje forma parte de una estrategia comunicacional más amplia dirigida a disuadir a inmigrantes con historial criminal de permanecer en el país, bajo la advertencia de que “deben esperar un arresto”.
Este operativo se suma a otras recientes detenciones de ciudadanos cubanos involucrados en delitos graves como agresión sexual y homicidio, lo que refleja el enfoque del ICE en identificar y deportar a extranjeros considerados una amenaza para la seguridad pública. Aunque las autoridades no han detallado en qué circunstancias se produjo el arresto de Mompie ni si el deportarán al cubano, la agencia subrayó que continuará ejecutando acciones firmes contra individuos con antecedentes penales que residan ilegalmente en el país.
La noticia ha generado reacciones divididas, especialmente dentro de la comunidad cubana en Estados Unidos, donde existe preocupación tanto por la criminalidad como por el riesgo de deportaciones que puedan afectar a migrantes sin antecedentes penales. Con esta nueva detención, ICE envía un claro mensaje sobre su política de cero tolerancias hacia los extranjeros que hayan sido condenados por delitos graves, en medio de un clima migratorio cada vez más tenso en el país.
En esta misma ciudad ICE también arrestó a Rafael Ojeda Acosta por contar con antecedentes criminales serios, entre ellos agresión sexual con empleo de un arma, allanamiento de propiedad, hurto, fuga de custodia entre otros. El comunicado de la agencia federal no precisó a dónde deportaron al cubano ni cuándo lo hicieron, aunque se cree que pudo ser a cualquier tercer país.
Recientemente se produjo el arresto de otro cubano en Miami por parte de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Vladimir Blanco Menéndez, es un ciudadano cubano de 45 años, condenado en el condado de Palm Beach por mantener relaciones sexuales ilegales con una menor de edad, un caso que ha provocado preocupación en la comunidad y ha puesto nuevamente en el centro del debate la política migratoria de Estados Unidos.
Según informaron fuentes oficiales, Blanco Menéndez fue encontrado culpable de haber sostenido una relación sexual con una joven que, según la denuncia, comenzó cuando ella tenía apenas 13 años. El caso salió a la luz después de que la madre de la menor grabara un audio en el que la adolescente relataba los encuentros, lo que sirvió como prueba fundamental durante el proceso judicial. Aunque la joven tenía 17 años al momento de la denuncia, la ley de Florida establece que toda persona mayor de 24 años que mantenga relaciones sexuales con menores de 18 comete un delito penal grave.
Este año el presidente Donald Trump ha impulsado una agenda migratoria marcada por una intensificación drástica del control fronterizo, la ampliación de fondos y poderes para ICE y DHS, y restricciones severas sobre refugio, visas y ciudadanía. Trump ordenó revocar el TPS de aproximadamente 72 000 hondureños y 4 000 nicaragüenses, vigente desde la intervención por el huracán Mitch en 1999, con efecto el 6 de septiembre de 2025. DHS arguye recuperación económica en esos países, pero críticos advierten que muchos beneficiarios carecen de vías legales de ingreso y enfrentan condiciones graves si son deportados.
La aprobación del gigantesco paquete “One Big Beautiful Bill” (BBB) otorgó a ICE un presupuesto de entre 165 000 y 170 000 millones USD, transformándolo en la agencia federal mejor financiada. Está previsto triplicar su capacidad de detención (de 41 000 a 125 000 camas), construir centros como “Alligator Alcatraz” en los Everglades y habilitar nuevas cárceles aún en zonas remotas, así como muchas otras que refuerzan el control migratorio del país.
La política migratoria de Donald Trump en 2025 ha endurecido drásticamente las condiciones para los cubanos en EE. UU. Se han incrementado las detenciones y deportaciones de cubanos con antecedentes penales, incluso por delitos menores. Además, se han restringido el asilo y el parole humanitario, complicando la reunificación familiar y dejando a muchos migrantes cubanos en detención prolongada. Mientras parte de la comunidad apoya estas medidas por seguridad, otros temen que las políticas afecten a familias inocentes y generen mayor incertidumbre para quienes buscan protección o estabilidad legal en el país.