Miami ha dejado de ser una ciudad común para transformarse en un atractivo centro para adinerados que llegan de diversas zonas de Estados Unidos, motivados por las ventajas fiscales, su clima cálido y un entorno económico favorable a la inversión. No obstante, este crecimiento ha impactado negativamente a los residentes que más tiempo llevan viviendo en la ciudad.
Un análisis realizado por el Miami Herald indica que el número de millonarios en la zona se incrementó en una década en un 94% lo que representa que se asentaron en Miami unos 39.000 millonarios. El reciente aumento en la prosperidad, avalado por estudios de Henley & Partners y New World Wealth, ha traído consigo un incremento en los precios inmobiliarios, lo que ha forzado a muchos habitantes a dejar la ciudad.
Un gran número de personas afectadas son cubanos que arribaron a Miami en diversas oleadas migratorias. Actualmente, se encuentran en riesgo de perder su lugar en la ciudad que los recibió, ya que sus ingresos mensuales no son suficientes para sostener el elevado estándar de vida que se está implantando gradualmente en la ciudad.
Según la organización Miami Homes for All, se calcula que Miami-Dade carece de 90,000 unidades de vivienda asequible para familias con ingresos inferiores a 75,000 dólares anuales. La adquisición de un apartamento o una casa unifamiliar resulta inalcanzable para aquellos que reciben salario medio.
Aunque el precio de un condominio ha aumentado considerablemente en los últimos diez años, los salarios de numerosos empleados han permanecido prácticamente estables. Como consecuencia de estas medidas en el sur de Florida, un gran número de habitantes de Miami-Dade se encuentra imposibilitado de adquirir una vivienda.
El gobierno estadounidense a partir del 25 de mayo del presente año implementará nuevas limitaciones para los inmigrantes que cambiarán considerablemente quienes tienen derecho a optar por los conocidos préstamos hipotecarios de la Administración Federal de Vivienda (FHA).
No obstante, es crucial señalar que las restricciones para adquirir una vivienda no son un fenómeno reciente. Desde 2020 hasta 2023, el condado experimentó una disminución de más de 130,000 residentes por causa de la migración interna. De esa cifra, aproximadamente 35,000 eran jóvenes de entre 20 y 30 años, un grupo demográfico esencial para la vitalidad económica y social de la zona.
Los fondos que provienen de lugares como New Jersey, New York, Illinois o California provocaron un cambio radical en la estructura de las ciudades ya que hay más edificios y desarrollos residenciales, sin embargo, menos personas que pueden costear su residencia en ellos.
El precio de los terrenos cada vez es más inaccesible y situaciones como las que ocurrieron en el parque de casas móviles de Lil Abner, en Sweetwater pudieran repetirse nuevamente. Según las autoridades todavía quedan 200 familias que deben abandonar el lugar cuando solo quedan dos semanas para la fecha límite que indicó la ciudad.
En épocas anteriores, más de 900 hogares hallaron en este sitio una opción de residencia económica y se enfrentaron al aumento de los precios de los arrendamientos en Miami. Actualmente, están siendo desalojados y evidencian la dinámica del desarraigo y el desplazamiento urbano en el centro de Miami-Dade.
Más de 62.000 millones de dólares llegaron a la Florida entre 2021 y 2022 de ellos al menos 8.000 millones se quedaron en el condado de Miami-Dade. Al mismo tiempo numerosos residentes tuvieron que abandonar sus hogares y desplazarse hacia otras urbes como Hialeah, Homestead e incluso salieron del estado para buscar lugares más accesibles a sus estilos de vida.
Las personas adineradas que van llegando a la Florida encuentran en el Estado del Sol beneficios fiscales ya que la región no posee impuestos sobre la renta, ni sobre las ganancias de capital ni las herencias, lo cual son atractivos para muchos de ellos.
Lo anterior contribuye a que la ciudad vaya cambiando en diversos sentidos. Por ejemplo, las zonas que antiguamente estaban pobladas por comunidades de inmigrantes de diferentes nacionalidades ahora se transforman con nuevos edificios y rascacielos de lujo y propiedades de inversión que no todos tienen la posibilidad de costear.
En un futuro cercano, Miami tiene el potencial de transformarse en un destino exclusivo para turistas adinerados, con una significativa afluencia temporal de visitantes y carente de una identidad definida, algo que siempre ha deseado desde su creación.
El relato de trabajo arduo, dedicación y éxito de numerosos cubanos en Miami podría ser opacado por la llegada de una fortuna millonaria proveniente del extranjero.