Si resides en el sur de Florida y tienes la sensación de que diminutos dinosaurios te observan, no es producto de tu imaginación. Las iguanas verdes han tomado por asalto diversas comunidades, desde Boca Ratón hasta Coral Gables. Las personas las avistan en los techos, relajándose en las entradas de las casas y, en un caso desafortunado, incluso nadando en un inodoro.
Un residente de Delray Beach es testigo de la abundancia de esta especie en su localidad. «Están en todas partes. Abres la puerta de tu casa y cinco de ellos se dispersan como si fueran los dueños del lugar».
Lo cierto es que a pesar de que son muchas las que circulan en Florida el dilema va más allá puesto que el sorprendente tamaño que poseen llama la atención de los residentes quienes son testigos del tamaño que tienen algunos, por ejemplo, los machos que miden 1.5 metro (5 pies) y las largas colas parecen potenciales mangueras de jardín.
No son del todo callados, tampoco. Los dueños han comentado que perciben lo que suena como pasos en los techos, solo para descubrir a una iguana disfrutando del sol sobre las tejas, como si tuviera un contrato de arrendamiento.
Las iguanas no solo carecen de atractivo, sino que también son dañinas. Sus refugios subterráneos pueden desestabilizar las aceras, causar erosión en los diques e incluso poner en peligro la estructura de las viviendas. Un matrimonio en Palm Beach gastó más de 10.000 dólares para arreglar el borde de su piscina tras ser deformado por un nido de iguanas.
Discutamos sobre los desechos. Las heces de iguana son no solo repugnantes, sino que también son pegajosas, tienen un olor desagradable y pueden ser portadoras de salmonela. Un parque en Boca Ratón fue clausurado por un corto tiempo debido a que los caminos estaban tan llenos de estas heces que se asemejaban a un peligro natural de cáscaras de plátano.
Un hombre de Coconut Creek tiene una de las anécdotas más extravagantes, según refiere en una ocasión fue al baño de su casa y se percató de la presencia de un reptil de estos en el excusado. «Grité, cerré la tapa y llamé al control de animales. Ahora lo compruebo cada vez», señaló el residente.
La Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC, por sus siglas en inglés) consideran a la iguana como especies invasoras no protegidas y se les permite a los resientes a sacrificarlas de la forma más humana posible sin que exista un permiso para hacerlo mientras que esté en su proiedad.
Algunas personas recurren a servicios profesionales para el control de plagas. Otros prefieren manejar la situación personalmente, utilizando dispositivos como pistolas de aire comprimido, resorteras o hasta herramientas contundentes. «Un tipo de la calle usa una raqueta de tenis. Él también es bastante preciso», dijo el propietario de una vivienda.
Las empresas de mudanzas están aumentando su clientela. Un especialista en exterminación de plagas mencionó que sacó 32 iguanas de un único jardín en Coral Springs. «Parecía una fiesta de fraternidad de lagartos. Ni siquiera me tenían miedo», bromeó otro vecino.
Según los expertos el incremento se debe a varios elementos como el clima de Florida que como es cálido evita que estos animales mueran por el golpe de frío del invierno que también se conoce como «aturdimiento por frio». Generalmente cuando las temperaturas descienden de los 50°F las iguanas se congelan y es cuando se produce la conocida lluvia de iguanas que no es más que la caída de estas de las ramas de los árboles.
Al considerar el sencillo acceso a la comida, la escasez de depredadores y numerosos sitios para cavar, se puede describir como la ciudad de las iguanas. Las medidas para gestionar la población de animales son activas, sin embargo, en este momento se aconseja a quienes viven en el sur de Florida que despejen los matorrales, tapen las cavidades y, lo más crucial, verifiquen el inodoro antes de utilizarlo.