
El creador de contenido mexicano Luisito Comunica, con más de 44 millones de seguidores en YouTube, volvió a estar en el centro del debate tras pronunciarse sobre su experiencia en Cuba. Aunque resaltó la calidez de los cubanos y la riqueza cultural de la isla, confesó que no viviría allí porque “en muchos aspectos es un país que da mucho miedo”.
Sus declaraciones publicadas por el presentador Enrique Santos, ocurren en medio de la polémica que desataron sus videos grabados en la isla, han generado nuevas discusiones sobre la realidad cubana y la manera en que esta es percibida internacionalmente.
Reacciones polarizadas y el peso de los algoritmos
Los videos de Luisito Comunica sobre Cuba fueron recibidos con opiniones encontradas. Mientras algunos lo acusaron de “embellecer la imagen del régimen”, otros lo criticaron por mostrar solo las carencias y no las bondades de la isla.
El propio creador atribuyó estas reacciones a la lógica de los algoritmos digitales y al consumo fragmentado de contenidos. “Dependiendo un poco de cuál es tu algoritmo y de qué medios sigues, qué influencers sigues, etcétera, etcétera, vas a tener una versión como distinta”.
Según explicó, muchas personas que lo criticaron lo hicieron a partir de videos editados en TikTok de apenas 15 segundos, sacados de contexto. Incluso surgió el meme de “Luisito Comunista”, que él mismo desmintió: “¿Eres comunista? Pues no, yo la verdad no”.
Divisiones generacionales y apoyo al sistema
El youtuber también quedó sorprendido por el fervor político de una parte de la población, sobre todo mayores de 30 años, que defendieron abiertamente el legado de la Revolución cubana. “Es ver cuánta gente de verdad en Cuba (…) apoya a capa y a espada todo el sistema de gobierno (…), la manera de vivir y todo. De verdad, mucha gente te lo defiende, pero muchísimo”, afirmó el youtuber.
Algunos, relató, aseguraron que estarían dispuestos a “tomar las armas” en defensa de ese modelo y también explicó que muchas de estas personas idolatran a figuras como Fidel Castro o el Che Guevara. Sin embargo, percibió que entre los jóvenes existe una visión distinta, marcada por el acceso a internet y a redes sociales, lo que genera un choque entre la narrativa oficial y la realidad que muchos cubanos viven día a día.
Entre el encanto cultural y el temor social
Luisito explicó que su negativa a vivir en Cuba no responde solo a una cuestión de comodidades personales, sino a la percepción de inseguridad ideológica y política que se respira en el país. “En muchos aspectos es un país sumamente hermoso y cálido y receptivo. Y en muchos otros aspectos, sí es un país que da mucho miedo”, señaló.
Según su criterio ese miedo está sujeto a una doctrina que existe en la isla hace más de seis décadas.
Adoctrinamiento y control del Estado
Uno de los aspectos que más destacó en su visita fue la fuerte presencia del Estado en la vida económica y social. En una fábrica de tabaco observó que los productores deben vender el 90 % de su cosecha al gobierno sin libertad para fijar precios.
Además, conoció la figura del “lector”, empleado encargado de leer diariamente textos seleccionados por un comité, mayormente discursos de Fidel Castro, biografías del Che Guevara o propaganda revolucionaria. Para Luisito, este ritual ejemplifica el adoctrinamiento institucional que todavía se mantiene en la isla. “Fue impactante ver cómo se controla incluso lo que se lee en los espacios laborales”, comentó.
El influencer ha documentado viajes a más de 80 países, pero en Cuba aseguró haber sentido un contraste más radical que en otros destinos: la belleza de la cultura y la hospitalidad de la gente, frente a un sistema de control que, según describió, impregna la vida cotidiana.
Críticas por la gastronomía y disculpas públicas
Otro de los episodios más comentados fue el dedicado a la comida cubana. Luisito mostró platos tradicionales como el congrí, la yuca con mojo y la ropa vieja, lo que despertó críticas de ciudadanos que señalaron lo inaccesible de esos alimentos en la vida diaria.
“Poner un plato en la mesa en Cuba es un lujo”, le escribieron varios usuarios. “Soy cubana viviendo en Cuba y nunca he probado ni ropa vieja, ni vaca frita. Poner un plato de comida a la mesa es un lujo que cada día es más difícil. Así que aprendo de mi país con tus videos, Luisito”, escribió otra usuaria en aquel momento. Lo anterior conllevó a que el creador de contenido ofreciera disculpas y reconoció que debió aclarar que muchos de esos productos son difíciles de conseguir en la isla debido a la crisis económica y la escasez.
“Me rompe el corazón leer comentarios de cubanos diciéndome que nunca han podido probar algunos de los platillos que muestro en el video. De corazón, quiero pedir una disculpa por haber sido tan insensible al respecto”, dijo Luisito en un contenido posterior.
Así mismo advirtió que su única motivación era resaltar la cultura culinaria cubana, aunque reconoce que no mencionó las dificultades de los antillanos para tener acceso a esas espectaculares recetas cubanas. En su material agradeció a los cubanos por el apoyo en los comentarios para consolidar su contenido.
En su primera visita documentada a la Isla, el creador de contenido no dudó en señalar las carencias cotidianas: desde la precariedad de los servicios públicos hasta las limitaciones tecnológicas y las dificultades que marcan la vida diaria de los cubanos. “Todo, absolutamente todo, es increíblemente complicado”, expresó entonces, resumiendo en una frase la experiencia de muchos residentes.
Tiempo después, publicó una segunda entrega con un enfoque distinto, esta vez centrada en las tradiciones y expresiones culturales del país. Sin embargo, ese viraje en el discurso no pasó inadvertido. El periodista cubano José Raúl Gallego cuestionó el resultado, asegurando que el influencer había terminado reproduciendo sin filtro “toda la propaganda que le pusieron delante”.
Cuba entre la percepción externa y la realidad interna
El impacto de sus videos no solo refleja la influencia de un creador con millones de seguidores, sino también la complejidad de narrar la realidad cubana. Por un lado, la isla atrae a visitantes por su historia, su música, sus playas y su hospitalidad. Por otro, enfrenta una crisis estructural marcada por la falta de libertades, el desabastecimiento, la migración masiva y un modelo político que sigue dividiendo opiniones.
Las declaraciones de Luisito Comunica se suman a una larga lista de testimonios de extranjeros que, tras visitar Cuba, reconocen tanto sus encantos como sus contradicciones. Sin embargo, en su caso el alcance digital amplificó el debate, generando un eco que expuso las tensiones entre la narrativa oficial, las vivencias de los ciudadanos y la percepción global de la isla.
Un debate que trasciende las redes
Más allá de la controversia sobre su figura, lo cierto es que la serie de videos y sus declaraciones posteriores han reabierto un tema sensible: cómo se cuenta la historia de Cuba y quién tiene el poder de hacerlo. Mientras para algunos Luisito ofreció una mirada fresca y honesta, para otros quedó en deuda al no abordar con suficiente profundidad cuestiones como la represión política, la censura o la emigración forzada.
En cualquier caso, el youtuber mexicano dejó clara su conclusión personal:
“Yo no viviría en Cuba. Es un país hermoso en muchos aspectos, pero también da miedo en otros”.