Autoridades del condado de Miami-Dade desmantelan un criadero clandestino de gallos de pelea, en una residencia ubicada en el 1302 de la SW 203rd Avenue, como parte de una operación antidrogas llevada a cabo por gentes de la División de Narcóticos, en coordinación con la Oficina del Sheriff, recogió Unisivión.
Según el acusado, identificado como Darlin Sánchez Alarcón, de 52 años, solo se encargaba del cuidado de las aves por un pago de 50 dólares semanales.
No obstante, los oficiales encontraron en la residencia utensilios que se utilizan para entrenar a los animales, y una decena de gallos enjaulados, lo que indica que Sánchez Alarcón realmente estaba vinculado al negocio ilícito.
Además de los animales, los agentes incautaron 30 gramos de cocaína y 700 gramos de marihuana. El acusado enfrenta cargos por organización de peleas de animales, crueldad animal y posesión y distribución de sustancias controladas. Sánchez Alarcón se encuentra actualmente detenido en un centro correccional del condado y su fianza ha sido fijada en más de 7.000 dólares, al tiempo que la investigación sigue abierta en busca de otros involucrados.
Este operativo ocurre apenas días después de una redada masiva en la zona rural de Redland, también en el condado Miami-Dade, donde 42 personas fueron arrestadas y se confiscaron más de 70 gallos utilizados en peleas ilegales. En ese caso, las autoridades respondieron a una llamada de emergencia sobre un altercado en la propiedad ubicada en el 14287 de la SW 192nd Avenue. Una vez en la escena, los agentes se toparon con decenas de personas en el terreno, gallos sueltos y un caos por todos lados.
El aumento de este tipo de delitos ha generado preocupación entre las autoridades locales. Las peleas de gallos no solo constituyen una grave violación a las leyes de protección animal, sino que suelen operar como puntos de encuentro para redes criminales más amplias. Estos eventos clandestinos facilitan el lavado de dinero, el tráfico de armas y drogas, e incluso la explotación de menores como corredores de apuestas o vigilantes. Además, al celebrarse en zonas rurales y de difícil acceso, representan un reto logístico para las fuerzas del orden, que enfrentan obstáculos para identificar a los organizadores principales y desmantelar completamente estas redes.
La policía de Miami-Dade ha reiterado su compromiso de intensificar la vigilancia y reforzar los operativos en estas áreas vulnerables del condado, en múltiples ocasiones.