
La respuesta reciente del gobierno cubano frente a las limitaciones de migración impuestas por la administración estadounidense ha generado un torrente de reproches y ha revelado la notable hipocresía en su retórica oficial. En este contexto, Johana Tablada de la Torre, quien es subdirectora general para Estados Unidos en el MINREX, utilizó la ironía al comentar sobre las recientes limitaciones impuestas.
“¿Cuándo empieza la ‘linda conversación’ sobre la cancelación de visas para casi todos los cubanos?”, escribió la funcionaria oficialista en su cuenta de Facebook teniendo como referencia una frase del Encargado de Negocios de la Embajada de EE.UU en Cuba, Mike Hammer quien afirmó su deseo de sostener una «linda conversación» con los antillanos mientras se desplazaba por varias localidades de la capital cubana.
Si bien la diplomática del régimen no lo expresó de forma directa y transparente el post se interpreta como una forma de criticar al funcionario estadounidense con quien se ha ensañado desde que llegó a la isla en noviembre de 2024. Por otro lado, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla manifestó su preocupación por el impacto en los derechos de los cubanos sin hacer alusión a la censura y opresión de la dictadura contra los antillanos por más de 65 años.
La nueva directiva firmada por el presidente Donald Trump, que estableció limitaciones en la migración para personas de diferentes naciones, entre ellas Cuba, justificó esta medida citando preocupaciones sobre la seguridad nacional y la carencia de colaboración en asuntos migratorios. Después del comunicado, los funcionarios cubanos respondieron con un lenguaje beligerante, describiendo la acción como racista y señalando a Washington por romper la unidad familiar de los cubanos.
La reacción del gobierno cubano sigue siendo hipócrita tal y como ha sido desde que llegaron los Castro al poder en el 1959 empleando la emigración como una herramienta política para denunciar a los Estados Unidos, como ocurrió en la década de los ochenta con los balseros del Mariel y la crisis de los balseros en 1994, independientemente de las sanciones que podrían enfrentar los cubanos que intentaban salir de la isla huyendo de la crisis económica y la represión policial.
Miles de ciudadanos cubanos han sufrido persecuciones, encarcelamientos o han sido discriminados debido a su anhelo de emigrar. Aquellos que consiguen abandonar la isla suelen ser utilizados como un medio de coacción emocional y económica, manipulando a sus seres queridos que se quedan en Cuba.
Johana al referirse a su descontento por la imposibilidad de los cubanos de viajar a EE.UU parece haber pasado por alto que su gobierno autoritario durante décadas fue el responsable de implantar la famosa tarjeta blanca o permiso de salida que limitaba a los antillanos a salir del país por razones de ideologías o por política.
La alegada protección del “contacto familiar” choca con una política sistemática de desintegración familiar promovida desde las autoridades. Mientras el gobierno presume de defensa de la soberanía y los derechos humanos, impide el retorno de disidentes, controla a aquellos que vuelven de sus viajes y persigue a estudiantes o empleados que podrían tener supuestas “relaciones con el enemigo”.
Varios usuarios en redes sociales no esperaron para criticar las palabras del canciller sin fundamentos. “¿Desde cuándo les interesa la familia cubana?”. Recordaron que el gobierno de Cuba es el principal responsable de que más de medio millón de cubanos hayan emigrado en los últimos cuatro años según datos oficiales.
Detrás de la narrativa oficial, se reveló la auténtica intención: conservar el ingreso de divisas del exilio y presentar una fachada ficticia de ser víctima en el ámbito internacional, mientras se mantiene la opresión en la isla.
Desde que asumió su cargo como el líder de la misión diplomática estadounidense en La Habana en noviembre de 2024, Hammer ha enfrentado una constante campaña de acoso por parte del régimen cubano, dirigida desde el Ministerio de Relaciones Exteriores por Tablada de la Torre. La funcionaria acusa a Hammer de violar los reglamentos de la Convención de Viena relacionados con las relaciones diplomáticas, así como sobre supuesta incitación de Mike a la inestabilidad en Cuba.
Asimismo, lo calificó como injerencista después que este se reuniera con varios opositores cubanos sosteniendo que esas conversaciones son parte de una agenda de agresión contra Cuba lo cual considera una violación al orden constitucional del estado cubano. Incluso llegó a alertar de forma pública a Hammer que la tolerancia mostrada por Cuba ante estos actos no debe ser interpretada como debilidad, en una insinuación sutil que se difundió en los medios oficiales.
El gobierno ha aumentado sus ofensivas en medios y en el ámbito diplomático contra Hammer, señalándolo como instigador de delitos graves entre los ciudadanos cubanos y como un agente que pone en riesgo el orden constitucional. Las medidas muestran una creciente inquietud por la diplomacia que ha utilizado el funcionario Mike desde que inició sus funciones en Cuba.
No obstante las objeciones y denuncias, Hammer ha persistido en sus actividades en la isla, subrayando su deseo de conocer de primera mano las opiniones de los cubanos y afianzar las relaciones entre las naciones desde sus cimientos. El gobierno de Estados Unidos ha respaldado al funcionario diplomático, afirmando que su trabajo es válido y se ajusta a las normativas del derecho internacional, subrayando su dedicación a los derechos humanos y al pueblo cubano.