
El presidente Donald Trump ha ordenado la suspensión temporal de las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en sectores clave como la agricultura, la hostelería y la restauración, luego de una ola de críticas por parte de empresarios, agricultores y sindicatos que alertaron sobre el impacto económico de estas operaciones reportó The New York Times.
La decisión surge tras la viralización de videos que mostraban agentes del ICE deteniendo a trabajadores inmigrantes en sus lugares de trabajo. Las imágenes, ampliamente compartidas en redes sociales, generaron indignación y temor tanto en las comunidades migrantes como entre empleadores que dependen de esa fuerza laboral.
Según un memorando interno citado por el blog de la educadora y comentarista política Diane Ravitch, la administración Trump habría instruido a ICE que detenga todas las redadas en granjas, cocinas de restaurantes y hoteles, a menos que los casos estén relacionados con delitos graves como tráfico de drogas, trata de personas o lavado de dinero.
La presión del sector privado ha sido determinante. Representantes de la industria agrícola advirtieron que la ausencia de trabajadores migrantes pone en riesgo la cosecha y la distribución de alimentos. Igualmente, dueños de hoteles y restaurantes expresaron su preocupación por la pérdida de empleados clave en áreas como limpieza, cocina y atención al cliente.
“Podemos apoyar las leyes migratorias, pero necesitamos trabajadores para operar. Sin ellos, no hay negocios que sostener”, declaró un empresario del sector hotelero bajo condición de anonimato.
Aunque la medida parece aliviar temporalmente las tensiones, expertos advierten que no existe aún una política formal escrita que garantice la suspensión a largo plazo. Algunos analistas políticos destacan la naturaleza volátil de las decisiones del expresidente Trump, señalando que este tipo de cambios pueden revertirse en cualquier momento, especialmente si se percibe una pérdida de control en la frontera.
El debate sobre inmigración continúa dividiendo a la opinión pública estadounidense. Mientras sectores conservadores aplauden las deportaciones masivas, las industrias que dependen de mano de obra inmigrante alertan sobre las consecuencias económicas de políticas migratorias excesivamente restrictivas.
Por ahora, la pausa en las redadas ofrece un respiro a miles de trabajadores y a los sectores productivos que dependen de ellos. Sin embargo, la falta de una solución legal y estable mantiene a muchos en un estado de incertidumbre.